EL CORREDOR IMAGINARIO



Vivimos en un mundo imaginario.


La casa en la que vivimos, cada mueble, cada prenda que llevamos puesta, las carreteras por las que circulamos, cada web que visitamos. Casi todo lo que nos rodea ha sido previamente diseñado, planificado o imaginado por alguien. Cada cosa que hacemos requiere de un pequeño acto de abstracción. Solemos anticiparnos a nuestras tareas diarias y planificar con antelación cada cosa que hacemos. Imaginamos que hacer y como hacerlo antes de hacerlo.




El corredor no es una excepción a esta regla imaginaria.




Cuando definimos al corredor solemos hacerlo como un "deportista", pero no es así necesariamente. El deportista esta forzosamente sometido a clubes, federaciones y reglas estrictas. El corredor tan solo corre y es precisamente esto lo que lo define. No importan el sexo, la edad, la condición fisica, el estatus socio-económico, la cultura o nacionalidad a la que pertenezca, a todos les mueve el mismo impulso. Ese impulso de sentirse vivo, de vencer la fatiga, de superación.


¿Porque corremos?


Es difícil dar una respuesta razonada y mas aun cuando dicha pregunta nos lo hace alguien que no practica esta actividad. Podríamos justificarlo fisica, psíquica o socialmente pero en ultima instancia, solo el que corre entiende porque lo hace y pretender explicarlo racionalmente resulta algo vano. Pertenece al mundo de los sentimientos y no al de razón. A nuestro hemisferio derecho del cerebro y no al izquierdo. Sentir sin pensar. ¿No es correr una forma activa de meditar? ¿En que piensa un corredor cuando lucha por vencer la fatiga? Difícilmente razona, solo "siente" el esfuerzo, siente su respiración acompasada con sus apoyos, su sentido del ritmo.




El corredor se hace a si mismo. Es flexible, adaptable, se moldea según su capacidad y dedicación. No existen limitaciones. Cada uno elige donde, cuanto, como y con quien. Solo se necesita una pequeña capacidad de anticipación. La misma capacidad que nos permitió evolucionar como especie. Anticipar es planificar, pensar en los métodos, medios y contenidos de cada sesión, microciclo o mesociclos de trabajo, aunque sin tener que dominar estos tecnicismos. Solo pensamos que hacer y como hacerlo. Ese pequeño acto de abstracción es necesario. Cada uno elige el grado de implicación, elige cuanto anticiparnos, cuanto planificar o programar cada sesión de entrenamiento. Cada corredor "imagina" como entrenar. Imagina que hacer y como hacerlo. Todo corredor es un corredor imaginario...


...imaginado por si mismo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario