¿Debe entrenar igual un
corredor popular que uno de alto rendimiento?
¿Es lo mismo el concepto
de forma física para un corredor de elite que para uno amateur?
Estas son preguntas que
todo corredor debe hacerse ya que condiciona claramente no solo los objetivos,
sino los contenidos del entrenamiento.
En cuanto al objetivo, la
diferencia es clara. El corredor profesional o de elite tiene como objeto
ultimo la mejora de su rendimiento. Todo lo demás queda supeditado a un segundo
plano, inclusive la salud. En cambio, para el corredor amateur o popular el
objetivo último debe ser siempre preservar
y mejorar su estado de salud, tanto presente como futura. En este sentido
debemos recordar que el concepto de salud engloba un estado de bienestar
físico, psicológico y social y que sin duda alguna, la mejora de la forma
física de un corredor amateur debe entenderse desde este punto de vista, y no
desde el prisma del alto rendimiento deportivo.
Ahora bien, esto no significa
que el corredor popular no tenga afán de superación, que no quiera mejorar sus
marcas, marcarse nuevos retos, nuevas carreras. Al contrario, esto es parte
fundamental para poder fidelizar a todo corredor. Sin esta motivación por
superarse a si mismo (o a los demás), difícilmente se consigue la permanencia
necesaria como para convertir el “running” en un estilo de vida.
Lo que debemos tener claro
es que LA FORMA
de conseguir esta mejora es muy diferente a la que tienen los corredores
profesionales. Los contenidos del entrenamiento de un corredor popular son muy
diferentes a los de un corredor de elite.
Esto que es algo
fácilmente entendible, parece ser que casi nadie tiene en cuenta. Si echamos
tan solo un vistazo a los planes de entrenamiento que encontramos por la web o
en foros, vemos como la gran mayoría corresponden a programas de atletas de
alto rendimiento ligeramente adaptados.
Retomando el tema de si
debemos considerar el mismo modelo de forma física para un corredor de elite
que para uno amateur, podemos argumentar lo siguiente:
Para empezar diremos que tradicionalmente, se ha
relacionado la forma física a dos conceptos diferentes: Al rendimiento
deportivo y a la salud o bienestar.
a)
Desde el punto de
vista del rendimiento deportivo, existe un relativo consenso a la hora de
definir que es la forma física. Diremos
que hace referencia al desarrollo de aquellos componentes que son
necesarios para realizar de forma óptima una tarea determinada o un deporte
concreto. Cada deporte requiere del desarrollo máximo de una serie de
capacidades que garanticen la realización eficaz de una tarea concreta. Un
corredor de resistencia basará su forma física en el desarrollo de los procesos
de capacidad y potencia aeróbica; un halterófilo buscará una mejora de sus
prepuestos de fuerza explosiva; un jugador de fútbol buscará el desarrollo de la
resistencia a la fuerza explosiva y la potencia aeróbica, etc… De esta forma podremos decir que un
determinado deportista está en forma cuando se encuentra muy cerca de obtener
sus mejores resultados en dicho deporte.
b)
Ahora bien, anteriormente hemos dicho que el
corredor amateur debería dirigir su mejora de la forma física en otra
dirección, a la de la salud. Pero si enfocamos la forma física hacia la salud,
nos encontramos con definiciones un poco más ambiguas o confusas. La más común
de ellas nos viene a decir que la forma física representa la capacidad de
realizar con solvencia, de forma “vigorosa” o sin fatiga, aquellas actividades
cotidianas o del día a día. Esto se relaciona con un menor riego de
desarrollar enfermedades crónicas, con una mejor esperanza y calidad de vida. Ahora
bien, hoy en día tener un nivel de forma física que garantice la realización de
nuestras tareas cotidianas ya no supone que nos mantenga dentro de unos
presupuestos aceptables de salud o bienestar.
Sin
duda alguna, no solo para los corredores populares sino para la población en
general la forma física debe estar dirigida a la mejora de la salud, mejora de
nuestro estado de bienestar y de nuestra capacidad funcional tanto presente
como futura.
Cuando
hablamos de la forma física deberíamos tener claro a que estamos haciendo
referencia, debe ser algo claro y objetivo. Cuando decimos que la forma física
debe garantizar la realización de las actividades cotidianas con solvencia y
sin fatiga, ¿Qué queremos decir realmente? ¿Qué debemos trabajar nuestra
capacidad aeróbica? ¿Estar más fuertes? ¿Perder peso? ¿Corregir nuestra
postura? La definición de la forma física debe ser mas practica en el sentido
que debe proporcionar una información clara sobre el objeto de la misma.
Teniendo
en cuenta esto ultimo, podemos plantear una nueva definición en la que entendemos por forma física el
estado de desarrollo armónico y equilibrado de los diferentes componentes que
la forman, es decir, de la fuerza, resistencia, flexibilidad, capacidades
neuro-motoras, composición corporal y estructura corporal.
Todos
estos componentes se encuentran relacionados entre si y la mejora o el
empeoramiento de alguno de ellos afectan inexorablemente al resto. Todos ellos
son igualmente importantes a la hora de planificar la práctica de actividad
física para la salud.
Una
vez explicado esto, podemos entender que “estar en forma” conlleva tener un
nivel mínimo aceptable de todos y cada uno de estos componentes motores y
morfo-funcionales. Como es lógico, este nivel mínimo dependerá de la edad y del
sexo. Estar en forma supone estar dentro
de un peso corporal saludable, no tener
(o tenerlos controlados) problemas estructurales, ser aceptablemente
resistente, fuerte, flexible, ágil y coordinado. En el caso del corredor
popular, deberemos buscar un mayor desarrollo de los presupuestos de
resistencia, pero siempre teniendo en cuenta que el resto de condicionantes
deben estar dentro de unos mínimos aceptables.
Siendo
críticos con este planteamiento podríamos preguntarnos ¿Por qué debe ser así? ¿Por
qué debo buscar esta mejora de la forma fisica “integral”? Pues bien, desde mi
punto de vista la respuesta es facil.
Creo
que es importante recordar que el hombre moderno no ha aparecido tal cual es en
el momento actual sino que se trata del producto de una evolución de algo más
de 2 mill. de años. Durante todo ese tiempo, ese proceso evolutivo ha diseñado
un animal que necesita fundamentalmente de su físico para adaptarse al entorno.
Este
será sin duda el fin último, el objetivo ultimo que persigue nuestra forma
física, la correcta y eficaz adaptación al entorno que nos rodea. Los
animales mejores adaptados son aquellos que consiguen alimento, cobijo y
descendencia y estas son las claves del éxito que el hombre ha tenido como
especie.
Desde
nuestro punto de vista, el mantenimiento y desarrollo de estas habilidades
motrices será el objetivo último que debe perseguir la mejora de la forma
física. Antes hablábamos
del desarrollo armónico y equilibrado de una serie de componentes como son la
fuerza, resistencia, flexibilidad, capacidades neuro-motoras, composición
corporal y estructura corporal. El desarrollo equitativo de estos
componentes responde a esta necesidad de establecer y mejorar estas habilidades
motrices que nos son propias. El hombre es un animal diseñado para
andar, correr, saltar, trepar, lanzar, etc.. y el objetivo que nuestra forma
física debe perseguir es precisamente adaptar nuestro cuerpo a las funciones
que le son propias.
Es curioso como esta necesidad de adaptacion al entorno condiciona las habilidades motrices del hombre. Como ejemplo podemos ver como recientemente ha aprecido una nueva modalidad de actividad fisica denominada "Free Running" o "Parkour". El entorno cambia y las habilidades tambien.
Es curioso como esta necesidad de adaptacion al entorno condiciona las habilidades motrices del hombre. Como ejemplo podemos ver como recientemente ha aprecido una nueva modalidad de actividad fisica denominada "Free Running" o "Parkour". El entorno cambia y las habilidades tambien.
De
entre todas estas funciones, tendríamos que destacar una que ha supuesto una
clara diferenciación del hombre como especie, la carrera. El hombre, como especie animal, no es
especialmente fuerte, ágil o veloz pero si es extremadamente resistente. El
paso a la bipedestación, la pérdida del vello corporal o el desarrollo de un complejo
sistema de termorregulación han favorecido a que el hombre sea una de las especies
más resistentes del planeta. Pocos animales son capaces de correr durante horas
seguidas y en condiciones climatológicas extremas (p.ej. La Caza de Persistencia realizada aun por los Bosquimanos en Namibia).
Es
por ello que sin olvidarnos del resto de habilidades motrices, deberíamos
prestar especial atención a la marcha y la carrera ya que sin duda, son las que
mejor nos definen como especie.
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